Tema 2: El Marco Común de Referencia para las Lenguas Europeas. Objetivos, métodos y prioridades de la política lingüística europea

El Marco Común de Referencia para las Lenguas Europeas como recurso de evaluación

El Marco Común de Referencia para las Lenguas Europeas: aprendizaje, enseñanza y evaluación (MCER) es un documento de referencia europeo que se usa como base para definir las destrezas lingüísticas que tiene una persona en una determinada lengua.  Es el principal proyecto en política lingüística del Consejo de Europa que nació con la misión de unificar las pautas de enseñanza y evaluación de las distintas lenguas europeas. Este documento fue elaborado durante más de diez años y presentando, por la institución mencionada anteriormente, en 2001 durante la celebración del Año Europeo de las Lenguas.  Este marco define unos niveles de dominio de las competencias lingüísticas que permiten asociar los conocimientos y destrezas que se tienen de un determinado idioma con un determinado nivel, por lo tanto, se define en qué parte del proceso de aprendizaje de una lengua está el estudiante. 

Niveles de dominio de las competencias lingüísticas según el MCER:

 
Por otra parte, con este documento se pretendía favorecer la comunicación entre los profesionales que se dedican al ámbito de la educación y proporcionarles una base común en la que se describen los objetivos, contenidos y la metodología, de esta forma, se podrán elaborar programas de aprendizaje, certificados, cursos, etc. Además, el hecho de que en cada nivel se presenten unos criterios que describen de forma objetiva el dominio de la lengua hace que sea mucho más fácil validar tus títulos de idiomas en otros países de la Unión Europea. 


Marco Europeo de Referencia para las Lenguas
En esta entrada, nos centraremos en el capítulo final del marco en el que se habla de las funciones del marco respeto a la evaluación. En este se especifican tres formas principales de usar el marco para evaluar: especificar el contenido de pruebas y exámenes, establecer criterios para la consecución de los objetivos de aprendizaje tanto para evaluaciones puntuales como continuas y describir los niveles de dominio de una determinada lengua en pruebas y exámenes.

En este capítulo se puede observar el carácter integrador del marco en cuanto a tener en consideración que no se puede elaborar un esquema exhaustivo para evaluar y que sea efectivo en la práctica, asimismo, limitar el número de criterios siendo selectivos a la hora de evaluar las competencias lingüísticas. Además, se ha planteado el uso de un Portafolio europeo de las lenguas para que el alumnado pueda ir documentando su progreso en la competencia bilingüe durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. En cuanto a los profesionales que se dedican a diseñar exámenes y pruebas, tienen a su disposición una Guía para examinadores elaborada por ALTE (documento CC-Lang(96)10 rev), que tiene un carácter más especializado. 

Para elaborar los exámenes se han establecido los niveles de dominio de la lengua que se han mencionado anteriormente y se pueden observar en la primera imagen de esta entrada. Esta segmentación del proceso de aprendizaje de una lengua facilita mucho la tarea de los profesionales de la educación a la hora de evaluar al alumnado. Cabe mencionar el desarrollo de un esquema descriptivo en el que se detalla el dominio de la lengua en la habilidad de llevar a cabo actividades comunicativas de lengua mediante las competencias tanto generales como comunicativas y utilizando las estrategias de comunicación pertinentes. Es interesante mencionar que este esquema recoge aspectos que están relacionados con el uso diario de las lenguas como son la interacción y la mediación, entre otros.

Además, se desarrollan unos niveles comunes de referencia que se definen en un cuadro para medir el grado de dominio de una lengua. Estos niveles ocupan la dimensión vertical del cuadro y están ordenados gradualmente de menor a mayor dominio. Respecto a la dimensión horizontal, contiene los parámetros de competencia y actividad comunicativa que debe tener el alumnado de ese determinado nivel. En la imagen situada a continuación se puede observar un ejemplo general de lo que se debería alcanzar en cada nivel.



En cuanto a los tipos de evaluación, el marco describe hasta trece parejas: evaluación del aprovechamiento o evaluación del dominio, con referencia a la norma (RN) o con referencia a un criterio (RC), maestría RC o continuum RC, evaluación continua o evaluación en un momento concreto, evaluación formativa o sumativa, evaluación directa o indirecta, evaluación de la actuación o de los conocimientos, evaluación subjetiva o objetiva, valoración mediante lista de control o mediante escala, impresión o valoración guiada, evaluación global o analítica, evaluación en serie o por categorías y evaluación realizada por otras personas o autoevaluación. 

Finalmente, el MCER, como ya se ha mencionado anteriormente, es una herramienta de referencia común, por lo tanto, esto se aplica también a la evaluación. Se pretende que sea una fuente de consulta y que cada docente adapte y extraiga del marco los aspectos que necesite evaluar y que más se adecuen a su contexto concreto de enseñanza. Sobre todo por el número de categorías que nos ofrece este documento. Las categorías que escoja cada docente deben ser factibles para llevar a la práctica en el aula. Lo más recomendable según el MCER es no superar las cuatro o cinco categorías, ya que, de lo contrario, desencadenaría una carga cognitiva excesiva. El procedimiento adecuado sería escoger las categorías pertinentes y, posteriormente, elaborar los criterios de evaluación mediante una reformulación, una síntesis y una adaptación de las características descritas en cada categoría a las necesidades del alumnado. 


En conclusión, es importante destacar el papel del MCER como guía para los docentes, ya que favorece la comunicación entre ellos y les proporciona una referencia común. Por otra parte, este documento proporciona mucha información acerca de la evaluación y son los docentes los que no deben tratar de abarcar todos sus aspectos, sino analizarla y tratar de adaptarla adecuadamente a las pruebas que utilizarán para evaluar y a las necesidades del alumnado para que sea factible aplicarlo en el aula. 

Aquí os dejo varios enlaces que pueden ser de interés para ampliar el tema tratado: 


Guillén Díaz, C., Santos Maldonado, M. J., Ibañez Quintana, J. y Sanz de la Cal, E. (2009). Los criterios de evaluación del ELE. Análisis de sus índices y propiedades en los referentes curriculares actuales. En Porta Linguarum. (11), pp. 9-32. ISSN: 1697-7467. Recuperado de: http://www.ugr.es/~portalin/articulos/PL_numero11/1%20C%20Guillen%20et%20ali.pdf 

Instituto Cervantes (2001). Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza y evaluación. Madrid: MECD- Anaya. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/marco/cvc_mer.pdf


Puig, F. (2008). El Marco Común Europeo de Referencia, El Portfolio de las lenguas y la evaluación en el aula. En Monográficos ELE. (7), pp. 78-91. Recuperado de: https://marcoele.com/descargas/evaluacion/08.puig.pdf

Sanz Muñoz, S. (2005). El reto de la evaluación siguiendo las directrices del Marco de Referencia en el contexto educativo español. En Glosas Didácticas. Revista electrónica internacional. (14), pp. 37-45. ISSN: 1576-7809. Recuperado de: https://www.um.es/glosasdidacticas/GD14/04.pdf














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